Como veis, sigo siendo María y me he enganchado al blog este, así que vuelvo para decir un par de cosas sobre los vuelos de mi padre, a no tener una cosa mejor que decir, porque quería colgar esta imagen. Son michirones, nuestra cena de esta noche (las manos son de mi hermana, los pies con calcetines desparejados míos. ¡Al fin he conseguido que mi madre me los de desparejados y, a pesar del calor, aún los llevo puestos!). Lo que veis al rededor son: la cerveza de mi madre, la cerveza, vaso y cuchara de mi padre, vaso (¡amarillo!) y plato de mi hermana y vaso (¡violeta!), plato y tenedor mío. El tenedor de mi hermana lo tiene ella, pero bueno. Ahí están los michirones en su gozo: sus patatas, su chorizo, si jamón, su sobrasada, ¡su todo! Ahora se ha muerto igual que mi querida radio Focusín, como he dicho en la entrada pasada (he dicho que se ha muerto pero no me acuerdo por qué, así que si queréis detalles miráis abajo).
Recuerdo que los primeros veleritos de mi padre no tenían motor, los tiraba y a freír vientos, me acuerdo de que se quedó colgando de un árbol y me acuerdo sobretodo de mi padre intentando bajarlo. Me acuerdo de uno reciente, que se partió las alas en el aire o algo así, no me acuerdo del todo por qué, pero cayó directo y se formó una auténtica carnicería. Me acuerdo que me traía una Bella y una Bestía y que tenía unas piedrecitas para jugar. Otra cosa de la que me acuerdo, esa fue muy buena. En un sitio donde está enterrada mi pajarita, Nieve (hemos tenido muchos pájaros, llegamos a dieciséis) fuimos a volar un avión precioso: tenía un ala encima de otra, estaba forrado de rojo, no me acuerdo como se llaman esos pero tienen un nombre. En fin, mi padre nos dijo claramente <>. Y yo, naturalmente, me salí sin querer, justo cuando el avión estaba despegando y aún estaba en el suelo. Yo daño no me hice, pero el avión no salió vivo.
Y ya más cosas no se me ocurren. Bueno, me acuerdo de muchas cosas en el campo donde volamos (una calavera de animal que nos encontramos, la franja que había antes, cuando se nos pinchó la rueda de camino por las piedrecitas, cuando mi hermana y yo nos aburríamos y le decíamos a mi padre <<¡¡estréllalo, estréllalo!>> y ahora lo dice mi hermana sola...), pero ahora así importantes nada. Me acordaré seguramente dentro de poco y me daré una torta en la cabeza, pero ahora no caigo, y me está saliendo una entrada muy gorda.
PD. Aquí está una imagen de como quedaron los michirones cuando los recogimos, aunque mi madre y mi padre aún metían las curacha (se ven las cervezas abiertas y los platos sucios, así que no lo hicieron inmediatamente, ¿eh?). Notesé la falta de patatas (cofcoflaúltimamelacomíyocofcof), chorizo, sobrasada, jamón... Y sólo quedan los michirones ahí perdidos. Pero no os preocupéis por ellos, ya se los comerán.
Mañana iremos a volar y ya publicaré algo... O lo hará él, que le voy a obligar, porque me lo está todo a mí, JUM.
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